viernes, 21 de diciembre de 2012

2013 EN UN PORTAL



2013 tiene dos cosas malas:
el número, lo del trece mosquea,
y, sobre todo,
que viene detrás del 2012.

Así que las cosas no pintan bien.
Por ello, tendremos que tener
salud para continuar,
coraje para resistir,
luz para ver,
inteligencia para discernir,
energía para marchar,
paciencia para aguantar,
tiempo para conseguir,
ánimo para compartir,
y pintura para darle a todo otro color.

Si tenemos salud, coraje y luz,
inteligencia, energía y paciencia,
tiempo, ánimo y pintura,
no vamos del todo mal.

Así, que con todo eso, 
sueños y abrazos incluidos, 

cerramos el capítulo de los buenos deseos
para 2013, y por extensión, 
para el siglo entero.

Lo demás, está escrito,
se os dará por añadidura,
a lo mejor…


 (La música, un villancico, se lo encargamos en el siglo pasado a dos amigos, Gloria Fuertes y Paco Ibáñez. Y todavía es lo que era “ya está el niño en el portal”)





viernes, 14 de diciembre de 2012

MÚSICA SOLIDARIA



Seguramente me pasa como a vosotros. Mando tantos correos como recibo. Y entre estos siempre hay algunos interesantes. Muy interesantes a veces. La situación social y económica que estamos viviendo da para muchos textos, algunos videos y unas cuantas imágenes entretenidas. También hay otros temas. Mensajes de Amnistía, Attack, Change, ONGD diversas. Están igualmente todos esos power-points con bellas imágenes y frases maravillosas que te invitan a vivir mejor, más tranquilo o simplemente a ser bueno que la virgen lo ve todo. De todo, justamente, hay en los correos recibidos.
Como el que ahora os traslado. Música y solidaridad. Todo envuelto en un “flashmob” que enseguida me pareció que era todavía algo más que un flashmob al uso. (Conste aquí mi admiración y encendida defensa de prácticamente todos los flashmob que he visto, algunos simplemente sublimes, otros encantadores, como el rodado en la calle Bretón con el Collegium Musicum de La Rioja de protagonista).  

Pues como os iba diciendo. Un tío con una guitarra y un amplificador se planta en medio de una calle bilbaína. A su voz y a su música se le van uniendo primero su banda, luego toda una sinfónica y el coro correspondiente. Para cantar una canción que traducida del inglés nos diría: Hoy es mi futuro.
Hasta aquí todo bien, normal, bueno, mejor. Lo que pasa es que los títulos de crédito del flashmob me invitaban a profundizar en aquella banda, en aquella historia de música solidaria.
Y descubrí así un montón de vídeos, yo os dejo sólo dos para que sigáis buscando vosotros, sobre la historia de una pareja con tres hijos. Al mediano le diagnostican una enfermedad neurodegenerativa y le dan seis meses de vida. Y entonces, Mikel y Mentxu en vez de tirarse a la ría, se montan una banda y se ponen a caminar. El proyecto se llama Walk on Project, WOP, y ya han podido entregar ayudas por valor de 160.000 € a dos laboratorios universitarios para que investiguen esa rara enfermedad.

Para ello han grabado discos y se han montado un festival este año en el que colaboraron desde grupos como Los Enemigos, El Inquilino Comunista, Loquillo, algunos ingleses de medio cartel, a jugadores del Atlethic, o 500 moteros que se recorrieron media Vizcaya para anunciarlo…

Pues nada, sólo eso (¡sólo eso!), una simple historia de amor. Y es que ya nos lo dijo Benedetti: en la calle, codo a codo, somos mucho más que dos…

Salud y amor (¿y de dinero qué?)
Resistencia y acción

 


 

viernes, 7 de diciembre de 2012

VER PARA CREER, O TAMBIÉN, VER PARA WERT



Cada día resulta más difícil rasgarse las vestiduras cuando uno escucha a los ministros de Rajoy (o al propio Rajoy claro está). Sus ex-abruptos, salidas de tono, chascarrillos y propuestas o componendas son absolutamente impresentables. Y, por desgracia, su entrega a la causa de la desilustración y del palo y tentetieso aún no ha tocado techo. Se crecen en el castigo, como dice Werth, o se encomiendan a la Virgen del Rocío para que les resuelva lo que ni siquiera saben planificar.

Y así, otra Ley de educación. El árbol de la ciencia que nace de nuevo sin consenso, con  las ramas perdidas en la selva del lenguaje y las raíces flotando entre las estadísticas del fracaso escolar que nunca cesa.

Y la Iglesia frotándose las manos. Llevándose el gato al  agua de la pila bautismal. Manteniendo privilegios económicos, sociales y educativos que para sí hubiera querido el Concilio de Trento. Acabando, mira que les ha costado, con cualquier atisbo de educación ciudadana para todos. Para todos, creyentes o no creyentes.

Una de valores comunes, que unos y otros tanto echamos en falta. Tanto necesitamos. Pero comunes, humanistas y espirituales por supuesto, pero comunes. Espirituales por supuesto, pero no necesariamente religiosos.

Nada, no ha sido posible. Las cosas claras y el chocolate espeso, y por la tarde, como les gustaba a los mosenes y párrocos, después de la siesta. Religión para los que quieran, ética para los demás.

Mientras, dormirá el sueño de los justos, gracias a tanto injusto, la posibilidad de llevar, de una vez por todas, la educación religiosa a las iglesias (a las diversas iglesias, mezquitas y sinagogas incluidas, que otras religiones, más allá de la única y verdadera iglesia católica, haberlas haylas).

No vale la pena razonar. Proponer, por ejemplo. ¿Que usted quiere educar a sus hijos en la fe de sus mayores? Pues a la parroquia, a la mezquita o a la sinagoga, con tiempo y espacio para ello. ¿Que no contento con ello usted aspira a que eduquen a sus menores en un entorno más cargado de incienso? Pues busque su lugar en la educación concertada, que, como la pública, la pagamos entre todos. (Y si va directamente a la privada, debiera ser cosa suya, pero no se preocupe, estos meapilas acabarán pagándosela también).

Ciertamente las propias creencias del hombre han ido variando a lo largo de la historia. Y muchas se han visto arrumbadas por la rebelión del hombre sobre Dios, al menos sobre la idea obligada de Dios. Por la no aceptación, en ocasiones, de esas religiones “oficiales”, convertidas a través de interesados y conveniente mensajes en dogma y doctrina por los representantes en la tierra de Dios, de tanto Dios. Y en otros casos, cada vez más frecuentes, por la separación entre Iglesia y Estado, entre religión y ciudadanía, en la esfera de lo social y lo político. En lo privado cada cual tiene derecho a pensar lo que quiera, y si cree que sus posiciones o reflexiones religiosas o filosóficas son trasladables a la vida común que las proponga, que las defienda. Que jamás las imponga. O lo que aún es peor, que no las de por impuestas, porque así fueron las cosas en otras épocas, cuando, por cierto, las tinieblas se encendían con las hogueras de la Inquisición.

Y a eso, a la separación Iglesia y Estado, no renunciamos muchos, ateos, agnósticos y creyentes. En contra solo tenemos los restos de una Iglesia, la católica en este caso, que tampoco renuncia a sus privilegios y tinieblas, sostenida por unos cuantos corifeos que mantendrán apoyos y creencia mientras consigan réditos electorales. Tienen fuerza, desde luego, tienen fuerza.

En este nuestro país, hubo intentos porque las cosas no fueran así. Especialmente en aquella República del 31 donde a pesar de claroscuros significativos alguien señaló que España dejaba de ser católica. Muchos, interesadamente, no lo entendieron. Porque en España seguía habiendo católicos, solo que ya no era un  país católico, como tampoco lo era ateo, ni de derechas o de izquierdas. Era un paisaje donde para caber todos tenían que quedarse fuera del marco los apellidos de cada uno

Y luego la cruzada, el estado procesional, bajo palios incluidos, “la eternidad eterna, de una noche sin dormir”…

Y aquí estamos, aguantando a los cruzados de la gaviota. Y después de dos gobiernos del Partido Socialista Obrero Español que ni siquiera ha sido capaz de intentar ir acabando con tanto privilegio y tanto concordato. Con Zapatero que se guardó en el cajón una Ley de Libertad religiosa anunciada, con Felipe González que tuvo en sus manos recuperar 200 años de historia…

(Después de todo esto, sólo se me ocurre escuchar, y por eso os la pongo también, una canción de Lennon, que se atrevió a decir por cierto, que en esta vida, que en este mundo, hay algunas cosas tan importantes, o más que Jesucristo…Y, de alguna manera, lo dejó escrito después de Imaginarlo…)