viernes, 5 de julio de 2013

LA RONDA DE BELCHITE, QUE YA NO RONDA...



Esta misma semana anduve los caminos del pueblo viejo de Belchite. Comenzaba este caluroso mes de julio y el sudor y la historia nos guiaban los pasos de ruina en ruina, de cañonazo en cañonazo. Debía hacer tanto calor en esta tierra aragonesa, allá por el agosto de 1937, que las casas y las cúpulas eclesiales abrieron sus paredes para dejar pasar el aire. ¿O eran las bombas? Sí. Mirando el resultado debieron ser las balas, las bombas y los obuses. Y la muerte en cada esquina, repartiéndose entre atacantes y atacados. No apresurarse, hay para todos.


 










5.000 hombres (uno más uno que hacen dos, más uno tres, así hasta cinco mil) murieron en dos semanas en aquel verano del 37. Justo aquí al lado, quizá un poco más allá. Estos querían conquistar la casa, esa que tiene aún los balcones colgando casi en el vacío, los otros la defendían (cien más uno ciento uno, más dos, ciento dos, así hasta cinco mil).
















En este verano de 2013, 76 años después, ando (que caminar es bueno) cerrando un libro sobre los riojanos que murieron en los frentes de batalla. Algunos aquí mismo, o cerca, en Quinto de Ebro, por ejemplo. O en cualquier otro lugar. O de cualquier otro lugar, los muertos, los ejércitos, la guerra. Las guerras nacionales, patrióticas, de independencia, de liberación, revolucionarias, religiosas, de clases, civil, la más incivil…


 


















Y me sale un balance final que al margen de la épica y del toque de corneta, y sumando resultados y muertos, quizá podría resumirse en que, al menos, no es bueno ir a la guerra, aunque hubiera que ir. Que no es lo mejor hacer la guerra, aunque haya que hacerla. Y que no tiene sentido glorificar la guerra, aunque haya que sufrirla.
Y a lo más, que para ir y morir, mejor no ir. Que vale más rondar que matar, o morir.


 
 
















 









Os dejo algunas de las fotos que hicimos al viejo Belchite. Y preguntaréis alguno, ¿quién ganó la batalla? Pues escrito está en las historias, pero por más que gritamos por allá, ninguno de los cinco mil nos dio razón del resultado.





Así que solo me queda dejaros también una canción, texto de Bertold Brecht y música de Adolfo Celdrán. General.





1 comentario:

  1. Septiembre 2013
    Es un placer conversar contigo y también leerte.
    Un abrazo
    Fernando Borque

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