viernes, 22 de febrero de 2013

GRANDOLA... ¡QUÉ GRANDE!


Aquel fue uno más de los viajes iniciáticos, necesarios. París con aguacero en las orillas del Sena. Era una noche cualquiera, cantando por cantar, cuando conocimos a Fanhais. Francisco Fanhais, cura portugués desterrado por la dictadura y por la iglesia, a la espera de una hermosa primavera. Compartimos canciones y esperanzas, y nos quedamos con una de las suyas: “Hermosa va hacia la fuente, Leonor sobre la hierba”. La cantábamos en español pero pisaba aún más hermosa en portugués.
Supimos entonces que además de Paco Ibáñez o Víctor Jara, de Lluis Llach o Qulapayun, estaban también los portugueses, Luis Cilia, Fanhais, José Afonso, cantantes “de intervención” como decían en el país vecino. Con una más que regular influencia de la música africana, de las colonias donde aún vivía y moría el imperio portugués. Algo que con el tiempo florecería en el ritmo y la cadencia de las canciones de Luis Pastor, por ejemplo. Pero estábamos todavía en 1973.

Uno más tarde, el nuevo viaje se convirtió en paisaje, estancia y paisanaje. España siempre en el corazón había cedido tristemente su triste protagonismo al Chile que ya no era, como nos habíamos acostumbrado a decir, de Allende. Y de repente estalló la primavera en Portugal y aquel 25 de abril florecieron los claveles en las bocas de los fusiles. Grandola vila morena, terra da fraternidade...

No puedo recordar la fecha, pero otra tarde noche de París con aguacero, seguíamos en 1974, tuvimos la oportunidad de conocer, charlar y cantar con José Afonso. Tampoco mucho más, porque entonces todos íbamos y veníamos con la urgencia de construir, unos, con la de derribar, otros. Pero siempre sentimos su experiencia musical y vital, su lucha por la libertad, de Portugal y de sus colonias, de España y del mundo entero. Y la fotografía que nos dejó (“Aos companheiros Carmen e Jesus para que continuemos o nostro canto comun, Jose Afonso”).

Supimos luego, muchos años después, de su enfermedad, de sus problemas, de la ayuda y solidaridad de sus amigos españoles, Luis Pastor a la cabeza o del rechazo a la Orden de la Libertad que le otorgaba un gobierno al que criticó con dureza. Porque, una vez más alguien debía decir, como luego también se cantó, que lo que se hacía, que lo que vivíamos, que las perspectivas de futuro -en Portugal como en España-, no eran lo pactado, lo soñado o lo luchado, que no, que no, “no es eso, compañeros, no es eso”...

He recordado todo esto al ver cómo un grupo de ciudadanos portugueses interrumpía al primer ministro portugués, empeñado en aplicar las reformas que le dictan desde Bruselas, cantando Grandola Vila Morena. Cantando contra la troika, contra los recortes, contra la crisis que es una estafa... Grandola Vila Morena. Passos Coelho no tuvo más remedio que aceptar la protesta y reconocer el buen gusto de quien así protestaba...

De alguna manera, he recordado también, cómo en este país también tenemos una canción-referente, el Himno a la Libertad de Labordeta. Y cómo nuestro amigo fue protagonista en alguna ocasión en el Congreso, donde seguro que todavía resuenan por un lado el “Gracias, Señor Labordeta” con el que cerraba Zapatero su homenaje y despedida al cantautor y parlamentario aragonés, y por otro, su contundente “váyase a la mierda” dirigido al impresentable pepero de turno.

Si en Portugal sigue siendo tiempo de Grandola Vila Morena, creo que en España debemos seguir tarareando, cantando y hasta gritando habrá un día en que todos al levantar la vista veremos una tierra que ponga Libertad... Porque no hay mar que resista a su mareas...

Y ahora a cantar, suave y creciendo, con algo de rabia y mucha esperanza.
 Libertad, salud, resistencia y acción



Y ahora la conexión entre Grandola y la plaza del Sol...
Bravo Solfónica...


Grandola vila morena
Grândola, vila morena
Terra da fraternidade
O povo é quem mais ordena
Dentro de ti, ó cidade
Dentro de ti, ó cidade
O povo é quem mais ordena
Terra da fraternidade
Grândola, vila morena
Em cada esquina um amigo
Em cada rosto igualdade
Grândola, vila morena
Terra da fraternidade
Terra da fraternidade
Grândola, vila morena
Em cada rosto igualdade
O povo é quem mais ordena
À sombra duma azinheira
Que já não sabia a idade
Jurei ter por companheira
Grândola a tua vontade
Grândola a tua vontade
Jurei ter por companheira
À sombra duma azinheira
Que já não sabia a idade
Grândola, villa morena
Tierra de fraternidad
El pueblo es quien más ordena
Dentro de ti, oh ciudad
Dentro de ti, oh ciudad
El pueblo es quien más ordena
Tierra de fraternidad
Grândola, villa morena
En cada esquina, un amigo
En cada rostro, igualdad
Grândola, villa morena
Tierra de fraternidad
Tierra de fraternidad
Grândola villa morena
En cada rostro, igualdad
El pueblo es quien más ordena
A la sombra de una encina
De la que ya no sabía su edad
Juré tener por compañera
Grândola, tu voluntad
Grândola, tu voluntad
Juré tener por compañera
A la sombra de una encina
De la que ya no sabía su edad

viernes, 15 de febrero de 2013

HOY MISMO...



… cuando son las tantas de la tarde de un día menos gélido por dentro y por fuera de lo que han sido los anteriores, y empieza a oscurecer, se me agolpan en la retina de la memoria, allá donde confluyen alma, corazón y vida, algunas imágenes, ideas, dichos y chascarrillos del ayer y del mañana, todo un maremágnum.
Casi es una pena que no nieve o jarree, que si así fuera, y visto desde detrás de los cristales, sería sumamente evocador y hasta inspirador, sin riesgo por otra parte de coger un constipado. Que no cogíamos tantos de pequeños, cuando nevaba de verdad y salíamos a la calle buscando charcos helados para romper el hielo y los zapatos. Ahora, incluso cuando nos llega el frío siberiano que hace saltar alarmas y termómetros, ya no hay charcos helados, o es que como ya no somos chavales nos rehuyen y no los encontramos.
Tampoco nadie tiene sabañones. De hecho, los chavales de ahora no saben muy qué es eso. Y les parece tan inverosímil que en el común de las casas de entonces no hubiera calefacción central y radiadores, como que tampoco existiera la televisión. Y cómo les explicas lo del calorcito de la cocina económica de leña o carbón, o cómo eran aquellas inefables estufas con bombona incluida que tuvimos después navegando por los pasillos.

Apretados en la cocina escuchábamos Ustedes son formidables. Meses, años o siglos después llegó la tele en blanco y negro. Era también, como decían del país entero, Grande (aunque no tanto) y Libre (¿qué es eso?), pero sobre todo Una. Transmitían algún partido de fútbol, salían los ministros y alguna vez Franco, su foto mucho más, con el aguilucho y el himno. Fue notorio lo de la subida a la luna y era una gran noticia cuando se moría un papa. Luego resucitaba, aunque ya no era el mismo, pero se parecían mucho todos con aquella sotana blanca con la que, aunque más pequeña y menos vaticana, mis hermanos y yo hicimos la primera comunión (ver, ver la foto aquí al lado, que no sé yo si hice bien en dejarlo...). Salía el humo blanco y balbuceaba el locutor de turno, habemus papa o como si dijéramos entre nosotros, tenemos papa. Y teníamos papa. Algunas de sus historias las conocíamos del cine, por ejemplo recuerdo la peli de un papa que cuando era chaval no tenía más que un par de zapatos o de botas y se las colgaba al cuello para no estropearlas cuando iba a la escuela, descalzo. Eran pobres y eso era muy ejemplar, como el resto de su historia. Incluso para muchos de nosotros que, desde luego, no éramos ricos, ni tan santos. Eso sí, andábamos al menos con zapatos, aunque fueran remendados. 

Bueno, los papas cuando ya no eran chavales dejaban de ser pobres. Pero sobre esas cuestiones, y sobre sus encíclicas y que era aquello de la infalibilidad nos preocupamos, o enteramos en su caso, más tarde. Fue una coincidencia hermosa. Por una parte dejábamos de creer a pie juntillas o del todo en los curas y en la religión y por otra nos hacíamos del partido del papa gordo, Juan XXIII. No duró mucho aquel noviazgo y los que han venido después han vuelto a las trincheras del palo y tentetieso. Y ahí siguen enfrente, juntos pero no mezclados. Que si unos son conservadores, los otros son más ultras aún. Empeñados todos, eso sí, en vaciar las iglesias de gentes de buena fe.
Para ser justos, habría que sacar de esa lista a Juan Pablo I el breve, cuya historia también se contó en una del Padrino, y del que no sabemos si iba o si venía aunque, por si acaso, le envenenaron el billete del autobús. 

Ahora, tras el insólito caso de un papa dimitido (“qué poco nervio” dicen que ha dicho Rajoy),  volverán los contertulios y corresponsales a deshojar la margarita que lleva escrita los nombres de los inefables (que no infalibles, todavía) cardenales, incluyendo el del amigo de Pedro Sanz, ese del pueblo de los chorizos a mucha honra (que chorizos chorizos con mala honra y en mala hora abundan cosa mala en estos días en los páramos de España), y también el de Rouco que según dicen que ha dicho Rajoy debiera ser el próximo papa, porque son colegas y compadres, y porque para jugar a los recortes y figurines y poner la cruz en la casilla, casona o palacio de la sucursal del Vaticano en España, no hay otro como él.

Pero... tampoco hay mal que cien años dure, ni iglesia que sobrepase los dos mil de esta guisa. Eso al menos escribió Malaquías hace la tira de años. Y aunque ya sé que lo de los fines del mundo está un tanto desprestigiado, y que ni los mayas aciertan, os dejo un vídeo para que os vayáis enterando de lo que puede pasar si sale un papa italiano, que aunque no se llame así, será Petrus Romanus. La leche, y todo con música de Orff. Así que no digáis que no tenéis tiempo (son cinco minutos, incluida la Carmina), lo que no tenéis es fe, claro, y así nos va.

El papa dimite, la iglesia explota y el mundo se acaba. Pero... en un aldea del globo terráqueo una tribu resiste. Y al frente, ya lo habéis imaginado, Ana Mato y el Rajoy por los siglos de los siglos, amén.
Que Dios nos coja confesados...










viernes, 8 de febrero de 2013

RECUENTO


A ver. En los últimos días, semanas, meses, incluso años, venimos recibiendo documentos, videos, cartas, llamadas de socorro, confesiones, maldiciones, y cualquier otra cosa acabada en ones, como opiniones por ejemplo y por no delinquir con el lenguaje políticamente correcto.
Y a todo esto no hemos quemado el reichstag (por no decir el parlamento), ni siquiera las naves de los políticos absolutamente incorrectos, aún más, esteparios, facinerosos e impresentables, que no sólo no van a la cárcel sino que ni siquiera devuelven las pesetas que se llevaron que alcanzan cifras millonarias traducidas a la moneda europea, al euro, avergonzado a estas alturas de haber puesto cara en algún momento a una esperanza llamada Europa.

En estos últimos tiempos hemos marchado para protestar por la reforma laboral, por los recortes en educación, en sanidad, en servicios sociales. Contra los intentos de establecer una forma de vida insolidaria, basada en la competitividad y en el beneficio de unos pocos sobre los demás, sobre la gran mayoría.Hemos firmado cartas y manifiestos denunciando privilegios y abusos de los políticos que si no todos, una buena parte, nos han conducido a una situación límite, no sólo en lo económico, sino en lo social y en lo propiamente político, machacando derechos como el trabajo, la vivienda, o el mismo de manifestarnos en la calle. Aquí el machaque ha sido, y sigue siendo, contundente, primero de porra y tentetieso, luego de multa y amenaza carcelaria. Fijaros la convergencia de poderes: el gobierno prohíbe, la policía castiga (sin juicio) y los jueces vuelven a hacerlo (con prejuicios).

En el fondo, la anécdota de partida de los Miserables de Víctor Hugo va a convertirse en norma y actualidad más allá de su remake musical: si robas pan o alimentos en un supermercado eres carne de presidio, ahora bien si robas en Bankia, te lo llevas del Palau, apuestas por la amnistía fiscal, cañoneas con confettis, recibes un sobre de Bárcenas o un traje sobrante de Camps, tranquilo, lo tuyo tiene futuro, sobre y sillón en el Congreso de los tramposos pero listos, de los ladrones de guante blanco y alma negra. ¿Para cuándo un Robin Hood en los páramos de España? (Dicho de otra manera, no nos extrañemos de que vayan apareciendo justicieron socio-económicos que, a su manera, guisen el desaguisado reinante).

Menos mal que buena parte de la sociedad marcha, lo decíamos antes, protesta y se organiza (lo intenta al menos). La indignación generalizada escribe, grita y se manifiesta, se viste de 15 M, reclama democracia real, se agrupa en foros sociales o ecologistas, mareas verdes y ciudadanas, en frentes cívicos y cumbres sociales, trabaja por otros mundos posibles, por una economía sostenible, por una sociedad más justa y solidaria, por un futuro en el que encontrarnos como seres humanos...

En fin, que me envía un amigo un video glorioso, ejemplar y pedagógico sobre el qué, cómo y por qué del 15M, y ahí lo dejo yo también, porque del 15M aún tenemos mucho que aprender, o esperar, o compartir...
(Dura 73 minutos, pero vale la pena).

viernes, 1 de febrero de 2013

LA RIOJA "GRANDE" QUE EXISTE PERO NO ES...



Pues resulta que 15 pueblos burgaleses “amenazan” con anexionarse no La Rioja, sino a La Rioja... Lo que no consiguieron nuestros prohombres del XIX, ni las reivindicaciones del XX, podríamos lograrlo en el XXI gracias a la cicatería y recortes en servicios sociales (y sanitarios y educativos y funcionariales) de los gobiernos peperos, en este caso, de la Junta de Castilla y León.
Por este camino tan evidente y tan repetido está claro que nos vamos a ir desapuntando todos de nuestro particular cordón umbilical. Sea del ayuntamiento correspondiente, de la comunidad de turno o del gobierno de la nación que está dejando a cada uno de sus súbditos, fané y descangallado.

En todo caso y ya que desde la Riojilla burgalesa suena la flauta de la Rioja Grande, pongámonos el birrete y comencemos la clase. Vamos a ver, a vuela pluma, cómo fue aquella historia tan provinciana de convertirnos en provincia:

En 1718 el primer Borbón, Felipe V, organiza al estilo francés las provincias españolas. Lo que ahora es La Rioja se reparte entre las de Burgos y Soria.
Aunque no estamos en los mapas, es en 1769 cuando Tomás López dibuja el de La Rioja como región natural, lo que no deja de ser un buen augurio.
En 1785, bajo el reinado de Carlos III, La Rioja sigue dividida entre sus vecinas.
Ahora vienen los nombre de la Real Sociedad de Cosecheros de la Rioja Castellana y las reivindicaciones de una provincia propia de los Fernández Navarrete, así como la invasión francesa, 1808, la Junta riojana de insurrección, con sede en Soto de Cameros, y la famosa Convención de Santa Coloma, el 8 de diciembre de 1812.
Tras la constitución de Cádiz, en ese mismo año, el intento fallido de repartición de 1814 tampoco nos daba cuartelillo a los riojanos, que, por otra parte, seguíamos empeñados en conseguir una provincia propia, para lo que se celebra otra reunión importante en Torremontalbo en junio de 1820.
Será en 1821 cuando se declare “a la Rioja por provincia independiente bajo la denominación de provincia de Logroño”. El decreto final llevará la fecha de 30 de enero de 1822 y la firma de Fernando VII.  De repente no sólo tenemos provincia sino que ésta abarca desde los Montes de Oca (Pradoluengo, Belorado) a Tudela y Fitero, incorporando por el sur a Ágreda y San Pedro Manrique, y al otro lado del Ebro, el territorio entre Laguardia y Viana...
Era la Rioja Grande con 296 pueblos y 8.000 kilómetros cuadrados de extensión.
Con la llegada de los Cien mil hijos de San Luis en 1823, se acaba el trienio constitucional y el sueño de la provincia independiente, y enorme, cuyo territorio pasa a depender de nuevo de las intendencias de Burgos y Soria. En honor a la verdad conviene indicar que realmente nunca llegó a ponerse en práctica el decreto de 1822.
Y así hasta el reparto definitivo de 1833. Aparece para quedarse la provincia de Logroño con el territorio que ahora mismo tiene la Comunidad Autónoma de La Rioja, cinco mil kilómetros cuadrados de extensión...

Una cosa más. Todos estos datos no sé si están recogidos en las wikipedias al uso, pero para los interesados en el tema les contaré de dónde los he sacado. Con la sana intención, por otra parte, de que se compren o consulten los libros de referencia. Porque toda esa historia, y mucho más desmenuzada y por lo que a mí me parece, aún más interesante, la contaba yo mismo en “La Rioja empieza a caminar” que si no en las librerías sí podréis encontrar en el IER o en alguna biblioteca. Tampoco estaría mal seguir luego con “La Rioja como sistema” tres tomazos de Ignacio Granado, donde ya el temario se amplía y diversifica a lo largo de toda la historia de nuestra historia. Como complemento también es interesante el libro de Pilar Salarrullana titulado, y ese es su  contenido, “En el nombre de La Rioja”. Y hay más, cómo no, pero eso ya es a descubrir.

Ciertamente con la consecución del nombre de Rioja, primero, y de la categoría de Comunidad Autónoma después, surgieron voces que reclamaban, de nuevo, todos esos territorios que una vez constituyeron, si quiera fuera textual aunque legalmente, la Rioja Grande. Seguramente no era fácil ni lo es ahora mismo, el conseguirlo, incluso puede decirse que no sería ya posible recuperar esos límites que no sólo son ya geográficos, sino también sociales, históricos y políticos. Así que hermanos y primos de la Riojilla burgalesa: a reivindicar tocan. Por vuestros derechos, resistencia y acción.

Para documentar sonoramente la cuestión, he buscado el Himno Oficial de La Rioja aprobado como tal en 1985 por la Ley de signos de identidad riojana. Atención, porque sólo se consideraba como Himno oficial la música compuesta por Eliseo Pinedo. Y en ningún caso la letra que lo había acompañado en ocasiones, obra pía de José María Lope Toledo. Por eso no he considerado los videos donde se canta el himno, por más que en ocasiones nos los quieran vender con el sello de oficial. Así que la búsqueda no ha sido fácil, ni fructuosa. Sólo he encontrado, y podéis escucharlo a continuación, un corto, cortísimo, fragmento del himno oficial.

Por otra parte, adjunto lo que en su momento algunos consideraron también como himno de La Rioja. Ciertamente no fue nuestra intención competir en el ámbito oficial sino sólo compartir una imagen de La Rioja que nos parecía más real y, desde luego, más combativa. Hablo en primera persona porque se trata de “La Rioja existe pero no es” que cantamos, como en el blog de la semana pasada, Carmen, Jesús e Iñaki, qué le vamos a hacer...  (Por cierto, no sé quien la ha subido a youtube en medio de paisajes riojanos; pero bien me parece).